V Congreso Internacional de Minificción en Neuquén

Visión de un participante.

“La minificción en el siglo XXI”

En el V Congreso Internacional de Minificción efectuado recientemente (10-12 Noviembre de 2008) en Neuquén, Argentina, una amplia delegación de escritores, críticos  y académicos chilenos concurrió con apoyo de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

La integraron los escritores: Pía Barros, Lilian Elphick, Gabriela Aguilera, Max Valdés, Diego Muñoz Valenzuela, los críticos y escritores Iván Quezada y Miguel de Loyola, y los académicos María Isabel Larrea (U. Austral)  y José Luis Fernández (U. Silva Henríquez).  También, con otros apoyos o recursos propios, viajaron el académico y microcuentista residente en Oregon (USA) Juan Armando Epple, la profesora Paulina Bermúdez, el escritor Yuri Soria-Galvarro.

Recientemente los chilenos mencionados –junto a muchos otros escritores y estudiosos- habían participado en la Segunda versión del encuentro SEA BREVE POR FAVOR, organizada por Letras de Chile, con auspicio del Centro Cultural de España, la editorial LOM y la Universidad Finis Terrae. Este Segundo Encuentro Chileno de Minificción se realizó entre el 5 y el 7 de Noviembre en Santiago. Varios de los participantes extranjeros, entre ellos Fernando Valls, reconocido investigador y editor, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona; Juan Armando Epple, estudioso, antólogo y autor de la Universidad de Oregon; Irene Andrés-Suárez, profesora e investigadora de la Universidad de Neuchatel; María Elena Lorenzin  profesora de la Universidad de Flinders, Australia; y el escritor argentino Enrique del  Acebo Ibáñez. En este Encuentro se distinguió a Juan Armando Epple entregando –por primera vez- la Distinción Letras de Chile por su notable aporte  a la difusión del microcuento en Chile y más allá de nuestras fronteras

En el V Congreso Internacional de Neuquén -realizado en la Universidad del Comahue, dirigido por la destacada investigadora Laura Pollastri-   reencontramos y conocimos a una pléyade de microcuentistas de Latinoamérica, entre ellos a los destacados microcuentistas argentinos Ana María Shua, Raúl Brasca, Eduardo Gotthelf, Orlando Romano, Juan Romagnoli, María Cristina Ramos, Eduardo Gotthelf, Orlando von Bredam y Alejandro Bentivoglio, y los narradores colombianos Rubén Darío Otárola y Guillermo Bustamante Zamudio. La presencia de David Lagmanovich, investigador de larga trayectoria, Presidente Honorario del Congreso, se potenció junta a la de estudiosos ya mencionados como Fernando Valls, Irene Andrés Suárez, María Elena Lorenzini y Juan A. Epple, y otros entre los cuales destacamos a Violeta Rojo (Venezuela), Lauro Zavala (México), Robert Shapard (USA) y por cierto una gran cantidad de profesores argentinos (Sandra Bianchi, Graciela Tomassini, Stella Maris Colombo, Gabriela Espinosa, entre muchos otros nombres).

Con este contingente de escritores y especialistas instalado en la Patagonia argentina era imposible un minuto de descanso: las ponencias y lecturas, además de las conversaciones, la lectura de los libros que se exhibían y vendían en el evento, y las inevitables y sabrosas extensiones nocturnas marcaron un nuevo hito la el microrrelato hispanoamericano, que –como se concordó allí mismo, en una suerte de asamblea- proseguirá en Colombia el 2010 y el Berlín el 2012, con las versiones VI y VII de esta serie de Congresos. De año en año, de hito en hito, la marea de la minificción –polémica denominación por cierto, y fuente constantes discusiones- sube sin detenerse. ¿Gusto juvenil, moda, producto de la vida acelerada, medio eficaz de reencantarnos con la lectura, nuevo género, ruptura, fraude, terreno difuso para los teóricos? Lo que sea, está claro que va en ascenso, logrando reconocimiento y espacio en todos los terrenos: el autoral, el académico y el mediático. Y uno muy importante: el de los jóvenes lectores.

Diego Muñoz Valenzuela