Por Alejandro Lavquén
La oscura memoria de las armas (LOM Ediciones), se titula la última novela de Ramón Díaz Eterovic, con la cual el narrador llega al volumen número doce de su saga sobre el inspector Heredia.
En esta ocasión, la trama se centra en la aclaración del asesinato de Germán Reyes, un sobreviviente de la dictadura y activista de los derechos humanos, muerto en extrañas circunstancias. Heredia toma el caso a petición Virginia, hermana de la víctima. La investigación lo lleva a indagar en nuestra historia más oscura: los sangrientos años de la dictadura. Díaz Eterovic, mantiene en esta novela los elementos claves de sus narraciones, la ciudad y sus personajes populares, sus amigos y barrios, la marginalidad y la memoria, fundamentalmente la memoria. No es difícil reconocerse, de algún modo, en las historias de este autor. El Chile actual y el pasado están presentes de manera real, creíble, cotidiana y sincera, sin prejuicios. Mientras Heredia va investigando la muerte de Reyes, nos va presentando los sinsabores de un país inconcluso, incapaz de resolver muchos de los traumas que le heredó la tiranía militar. De hecho, la víctima es parte del movimiento denominado FUNA, creado ante la imposibilidad de encontrar justicia para los crímenes de los torturadores, principalmente, tras el advenimiento de la democracia pactada: si no hay justicia, hay funa.
Ramón Díaz Eterovic, es un eficiente retratista de nuestra época, un narrador sin aspavientos, pero diestro en el oficio, heredero actualizado de la novela social chilena. Su mayor mérito es ser universal desde nuestra propia identidad. Escribe asumiéndose como uno más entre todos sus personajes. Sus novelas son un valioso testimonio histórico del Chile post dictadura.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…