Por Alejandro Lavquén
Edición crítica de la obra poética de Winétt de Rokha a cargo de Javier Bello, autor del prólogo, recopilación y notas. Rescatar a esta autora, y hacerlo bien, es el doble mérito de Bello.
El volumen, además de incluir los libros Lo que me dijo el silencio (1915), Horas de sol (1915), Cantoral (1936), Oniromancia (1943) y El valle pierde su atmósfera (1949), incluye estudios críticos, redactados especialmente para esta edición, por estudiosos de la literatura hispanoamericana, tres chilenas, una española, un argentino y un puertorriqueño: Adriana Valdés, Eliana Ortega, Soledad Falabella; Ángeles Mateo del Pino, Jorge Monteleone, Juan Gelpí. Lo anterior se complementa con una sección de cartas e iconografía que conforman, junto a la crítica que poetas contemporáneos de Winétt realizaron de su obra, el trabajo más completo que hasta hoy se ha realizado sobre la autora.
En el mapa literario de nuestro país, son muchas las omisiones a nivel de antologías, estudios y difusión, por parte de académicos y la crítica especializada, de voces importantes. Sobre todos si se trata de voces femeninas. Tal es el caso de Winétt de Rokha, cuya obra es prácticamente desconocida en Chile, incluso por lo que podríamos llamar «el público lector permanente». Razón por la cual este libro es un acierto. Al desconocimiento también ha contribuido la imposibilidad de encontrar sus poemarios, los que tampoco han sido reeditados. Sólo de vez en cuando –y con mucha fortuna- es posible encontrar en alguna librería de libros antiguos algún ejemplar de Suma y destino o Antología, dos libros póstumos publicados por su esposo, el poeta Pablo de Rokha, en 1951 y 1953 respectivamente, y que recogen casi la totalidad de la obra de Winétt de Rokha.
Respecto a la poesía de Winétt, habría que decir que su obra tuvo un comienzo con clara influencia de lecturas románticas, religiosas y parnasianas, volcadas en sus dos primeros libros Lo que me dijo el silencio y Horas de sol. Pero a partir de Cantoral, se desliga de aquellas influencias y su poesía adquiere fuerza y voz propia, destacando claramente un tono popular y de vida cotidiana comprometido con grandes ideales de justicia y libertad, donde el ser humano juega un papel fundamental. En cuanto a la crítica, las opiniones son diversas, y si bien algunos, como Silva Castro, plantearon que «se dejó contagiar del tremendismo cósmico y del populismo folclórico de su marido», como si aquello fuera algo negativo, la mayoría tuvo una buena impresión sobre la obra de Winétt. Sobre su libro Cantoral, expresó Vicente Huidobro en 1937: «en esta obra puede verse la evolución lógica de un alto espíritu y la firmeza de una noble personalidad madurada a través de las grandes visiones de su tiempo». Un juicio que refleja mucho acerca de la cosmovisión de la poeta.
Lo importante en Winétt, es cómo logra conjugar su vida y obra de manera consecuente. Cómo asume el paso de vivir en el seno de una familia conservadora y acomodada a vivir en un mundo contaminado por las penurias económicas y los conflictos sociales, pero lleno de amor y luchas junto a su esposo e hijos. Esto, sumado a su propuesta poética, hacen de Winétt de Rokha una de nuestras poetas fundamentales.
Winétt de Rokha. El valle pierde su atmósfera.
Ed. Cuarto Propio, 2008.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…