por Sonia Cienfuegos

¿Qué sería aquello,  substantivo femenino, qué sería eso – verbo femenino? 

Aquel delito que se comete quebrantando la fidelidad (o de lealtad que se debe guardar o tener). Traición, esa era la palabra, aquello/cosa femenina, que el bipolárico del alma escribe en rojo viscoso sobre el muro de su casa con tu nombre femenino para que todo el barrio lo vea.

¿Qué fue eso, doble estándar de hombrecillo desechable, plumarejo fachoso, caminante desesperado por las calles de Santiago, portador de amenazas en aquel envase de pintura?

¿Qué era aquéllo, substantivo femenino, cosa femenina, que sería eso de transmitir noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres atravesadas de generación en generación?

Tradición, ésa es la palabra que el hijo de puta repite, regando la ciudad de papeles fétidos y excrementosos.

Y tu nombre y tu corazón revolcándose en partículas llorando la infelicidad y su locura bajo las escaleras.

¿Qué fue aquello, substantivo femenino, cosa femenina, qué es esto? ¡Por Dios, ¿qué fue? La acción o efecto de traducir.

Traducción era el verbo, la versión, la marca de ganado, lo substantivo femenino, la cosa masculina que el animal de alma bipolar (encendida intermitentemente sobre tus intestinos y el muro de tu casa) grabó para siempre y ya no querrás nunca nunca más escribir/leer/saber de diccionarios y de ciertas palabras; esas substantivas femeninas provenientes del latín =

Traición

Tradición

Traducción